C'est moi



Je veux de l'amour, de la joie, de la bonne humeur... découvrir ma liberté... bienvenue dans ma realité.

domingo, 29 de marzo de 2009

Antro(a)pología

A veces, no sabemos exactamente en qué mundo vivimos; sin embargo, hay momentos en que estamos seguros de estar en el mundo correcto, aunque sea por unos instantes. En esos momentos, la vida tiene sentido, somos nosotros mismos, sentimos una felicidad genuina y no nos importa lo que puedan pensar los demás. Yo, creo, vivo en un punto entre dos mundos tan diferentes y separados entre sí que no sé cómo logro sobrevivir en medio de ellos. Por ello, disfruto muchísimo los días en los que logro crear mi propio universo y divertirme muy a pesar de lo que puedan pensar mis conciudadanos en cualquiera de mis dos mundos. Sé que criticarán mucho estas líneas, pero también sé que no me importa, pues la energía que invadió mi cuerpo durante este fin de semana ha logrado encender una chispa que llevaba muerta mucho tiempo.

Hay muchas personas que no encuentran el chiste de ir “de antro”. Para ellos, pagar $100 por estacionar el coche, $200 de cover y $1000 por una botella, después de haber pasado un tiempo insufrible en la cadena rogando a un tipo que nos deje entrar, no tiene sentido y, peor aún, va en contra de cualquier sentido de dignidad que pueda tener un ser humano. Una vez dentro del lugar, la crítica se concentra en la falta de espacio vital, el excesivo volumen que revienta los tímpanos, la falta de originalidad de la gente al vestirse (todos los niños con polo de algún color y jeans) y, para los más quisquillosos, en el tipo de música que logra prender a tanta gente. Y, lo peor de todo viene cuando a alguien se le ocurre afirmar que en un antro hay “niños bien” y que por ellos es que nos gusta ir… en fin.

A mí me gusta mucho ir de antro y, desgraciadamente, fue algo que dejé de hacer por más de un año, creyendo que ya no los disfrutaba tanto como cuando era una tierna adolescente. Estaba equivocada. En el último mes he ido de antro un par de veces y, aunque acepto las críticas de todos los que siente asco por esos lugares, para mí siempre es una experiencia increíble y en la que me puedo perder completamente. Desde el maquillaje, los tacones y la cadena hasta el vodka de $90, la hora de música electrónica y la falta de espacio suficiente para bailar, todo es parte de la experiencia que me hace flotar, bailar con los ojos cerrados, sentir las vibraciones de la música en mis venas y olvidar mis problemas por un par de horas. Además, la experiencia puede tener matices sicológicos positivos, como cuando te ahorras el tiempo de cadena por haberte arreglado adecuadamente (a ojos del cadenero), o como cuando no pagas cover porque el de la entrada te regaló una pulsera que dice “Niña bonita. No paga cover”, o como cuando logras robar un par de sonrisas y miradas coquetas al hombre que baila dos mesas más allá de la tuya. Y, lo más importante de todo, no hay una ida de antro completa si no es con la compañía adecuada: cuando tus amigos se la pasan igual de bien que tú, cuando todos gritan y bailan de alegría, cuando la botella se acaba a la velocidad de la luz y cuando una de tus amigas termina tomándose fotos con el mesero, sabes que has concluido una noche perfecta en compañía de las personas adecuadas.

Así, no pretendo hacer una defensa de la industria antrera, sino mi humilde apología a ese mundo, que parece ser el mío. Finalmente, como individuos tenemos la libertad de escoger entre lo que nos gusta y lo que no, lo que nos hace sentir bien y lo que no, lo que nos hace ser felices y lo que no. Y en este constante crecimiento y proceso de maduración, siempre es satisfactorio tirar algunas barreras y poder levantar la cara ante uno de los mundos que critica nuestra forma de divertirnos. Al que le gusta el mezcal, que beba mezcal; al que le gusta Wagner, que escuche a Wagner… a mí me gusta ir de antro.


7 comentarios:

  1. Lo que me gusta de los antros:

    La duplicación de los Bajos (sonidos graves) con los huesos de mi pecho.

    El chupe. O sea, obvio. Pero ya no bebo. O_o

    Siempre hay ligues.

    Los ratitos de música psycho.

    Los antros roquerones \m/ Hell yeah!!! \m/

    Siempre he de burlarme de la gente (nota del comentarista: siempre me burlo de la gente. No es una comportamiento exclusivamente antrero)

    Lo que no me gusta de los antros:

    A veces ponen música muy naca y uno acaba bailando con Moderasco, Belinda o Belanova. Guacalita.

    Los ligues son para un ratito. U_U

    Ya no dejan fumar. Buuuu. Pero dejan empedarse y eso, eso, sí es peligroso.

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  2. jajajajaja los antros y yo no somos amigos pero qué buen fin tuvimos!!!!!! inolvidable lo de la foto con el mesero jajajaja

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  3. No creo, Desiré, que puedas equiparar acciones tan distintas como el escuchar una ópera de Wagner a visitar un establecimiento nocturno. Son diametralmente opuestas. Mientras en el primer caso existe un intento (fallido o no) intelectual por disfrutar una estética bien definida, en el segundo sólo se premia la esterilidad artística, la enajenación intelectual y el esparcimiento fugaz, efímero, banal y frívolo. Etc.
    Claro, salir una noche con tus amigas a estos sitios en donde se glorifica y enaltece la discriminación, puede resultar, desde un punto de vista meramente anecdótico, bastante divertido. Es más, es una manifestación clara de cultura. Pero dime, Desiré, ¿no te parece que atender a esas actividades (y defenderlas) de forma sistemática y creciente no desnaturaliza y desprecia todo lo que forma parte de la cultura al despreciarla, igualarla y uniformarla?
    Creo que hay que ser felices, pero no triviales. Al final de la noche, Desiré, seguirás siendo la misma tú que exigirá cada vez mayores dosis de aturdimiento que en vez de llenar profundizarán un vacío intelectual y espiritual. No habrás crecido nada. Quizá debamos buscar la felicidad en otras partes que puedan darnos algo más que la simple experiencia momentánea para pasar a otro plano que atienda a la exploración de nuevas sensaciones, placeres, visiones…

    Con gusto seguiremos hablando del tema que por demás, resulta apasionante.
    Un fuerte abrazo
    Carlos A. Pérez Ricart

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  4. No tengo la menor idea de quién sea Carlos Pérez (no lo culpo, con ese nombre...) pero eso es lo de menos. Me parece un tanto mamón pero estoy de acuerdo con él en algunas cosas

    En lo personal,también prefiero escuchar a Don Richard Wagner (especialmente Götterdämmerung y, mi favorita, Die Feen)que ir de antro. Pero, leyendo lo que tu dices: "Al que le gusta el mezcal, que beba mezcal; al que le gusta Wagner, que escuche a Wagner… a mí me gusta ir de antro." Es perfectamante justo y valido que opines y nos compartas que te causa más placer. Es tan sólo una opinión.

    Si ta gusta ir de antro, bueno, podemos hacerte un re-mix o una versión chill out de Wagner y listo.

    Malo si dijeras que te gusta el reggaeton (cosa que sí detesto de los antros).

    Beso prima, a ver cuando nos vermox.

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  5. Nadie a quien DE VERDAD le guste Wagner podría jamás ocurrirsele una versión chill out. Ni de broma decirlo.

    Por lo demás el derecho de Desiré a opinar y compartir es, como dice Manny, perfectamente válido. También el mío a discernir.

    Carlos A. Pérez Ricart

    Ps: "Die Feen" es la peor ópera de Wagner. La más juvenil, la menos representada (tardó 150 años en estrenarse en América) y con mucha probabilidad la más "anti-wagneriana". Pero el gusto (o el bloff) se rompe en generos.

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  6. Die Feen es de las que más me gusta por el hecho de que la escribió a los 20 años de edad. De acuerdo, no es lo mejor. Pero debemos aceptar que tiene su mérito. A los 20 años yo nunca hubiera podido escribir algo así (y más si tomamos en cuenta que a los 20 sólo conocía los modos frígio y eólico) Fue estrenada después de su muerte (1884-Múnich y en 1982 en NY)

    Y, vamos, de cualquier cosa sacan versiones chill out. He oído hasta de la Sonora Santanera (que pecado) Estoy de acuerdo; hacer una versión así de Wagner sería una abominación, un crimen a la música pero, a veces, sólo así la gente logra conocer a ciertos músicos (o géneros enteros)

    Carlos, sigo pensando que eres un mamón. Cosa que no me parece mala. Soy mamón y me agrada la gente mamona, generalmente es más divertida y/o interesante. ¿Cierto?

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  7. jajajajaja super intensos tus amigos...yo lo único que puedo decir es que fue una gran noche y si tomarse fotos con lso meseros es lo de hoy!!!

    para mi ir de antro es como una experiencia religiosa!!! es como hacer el amor con otro!!! o mas bien otra forma de hacerlo...jajaj mientras te dejas llevar por la musica. por el baile, y dejas que el alcohol penetre en ti jajaja...cierras los ojos y solo estás tú y esa canción que de verdad te llega..o te prende!!! y lo mejor puedes cometer estupideces y no duraran 9 meses o mejor aún toda la vida!!! y tita esto es solo el comienzo de una vida de antros llena de placeres!!!

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