C'est moi



Je veux de l'amour, de la joie, de la bonne humeur... découvrir ma liberté... bienvenue dans ma realité.

miércoles, 12 de enero de 2011

Raise your glass if you're wrong in all the right ways

Temptation usually comes in through a door that has deliberately been left open.
Arnold H. Glasgow


El dicho dice “nunca digas nunca”… Es imposible estar seguros de que lo que bautizamos como “último” efectivamente será lo último y que no repetiremos esa acción en el futuro. He recurrido a las situaciones hipotéticas una, dos, tres veces y, de hecho, la tercera vez que lo hice comenté que esperaba que fuera la última. Pues resulta que no y que hoy regresaré a ese pequeño universo paralelo, con determinados personajes, que decidí crear en algún momento para contar mi historia… eso sí, sin olvidar que es hipotética (guiño!).

Fernandita se encuentra en uno de los momentos más confusos (en todos sentidos) de su vida. Como suele hacer en estos casos, decidió leer cuanta cosa se le pusiera enfrente que ella hubiera escrito en el pasado con el fin de re-encontrarse y recordar de dónde viene y hacia dónde quiere ir. Para su sorpresa, Fernandita se encontró con algunas viejas historias en las que no pudo evitar verse reflejada, de una forma igual o peor de incómoda, pero desempeñando ahora el papel antagónico. Sí, Fernandita es ahora Juanita. Al recorrer la mirada por esas líneas no pudo evitar recordar lo mucho que había sufrido en el pasado y las veces que había prometido nunca hacer lo mismo que le estaban haciendo a ella en esos momentos; recordó también los argumentos que pudo dar para afirmar que sólo era necesario un poco de sentido común para evitar encontrarse en una posición similar. Ante tan incómodo hallazgo, Fernandita intentó buscar todas las justificaciones posibles y cualquier indicio de que lo que ella hacía ahora era diferente, que no estaba actuando tan mal como podría parecer. No obstante no hubo justificaciones suficientes que la convencieran de que podía seguir jugando el mismo juego y esperar que no hubiera consecuencias. Y fue entonces cuando llegó lo peor: darse cuenta de que ella no es eso, no tiene porqué serlo, no quiere serlo… Sabe perfectamente que empezó a cavar su propia tumba desde el primer beso (tal vez antes); no necesita que nadie le diga hacia dónde se dirige, pues lo sabe perfectamente; no necesita que le anticipen cómo van a terminar las cosas, pues también lo sabe: alguien va a acabar llorando y, definitivamente, no va a ser él.

La vida suele ponernos a prueba de muchas formas, siendo cada reto más difícil y sorprendente que el anterior. Pareciera que el peor examen que puede ponernos la fuerza que rige el universo es retar nuestra voluntad, tentarnos con la manzana más apetitosa para después mostrarnos que es la más venenosa. Pero, ¿por qué habríamos de alejarnos si resulta tan agradable estar cerca de ella? La respuesta es simple: porque por más que lo intentemos, siempre acabaremos mordiéndola. 




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