C'est moi



Je veux de l'amour, de la joie, de la bonne humeur... découvrir ma liberté... bienvenue dans ma realité.

jueves, 2 de abril de 2009

Simple

En este mundo, en este siglo, en estos días en que todo corre a la velocidad de la luz, en que nuestras vidas se rigen por el reloj todo el tiempo, en que pasamos gran parte del tiempo en el trafico, en que dormimos poco, comemos mal y permanecemos en estado continuo de estrés, se nos olvida disfrutar las cosas simples de la vida. ¿Cuántas veces nos detenemos a contemplar algún pequeño detalle que puede sacarnos una sonrisa? ¿Cuánto tiempo dedicamos a hacer cosas por el mero gusto de hacerlas? ¿Qué tan seguido nos concentramos únicamente en nuestra felicidad, sin importar lo que opine el mundo? ¿Nos detenemos, aunque sea un instante, para llenar nuestro cuerpo de buena vibra y disfrutar un completo bienestar? Creo que, generalmente, vivimos preocupados por nuestro alrededor, por los demás, por las exigencias, por las presiones, por todo lo que suceda sin dejar momentos reservados únicamente al disfrute y la felicidad. No quiero sonar a Dalay, pero estoy convencida de que este ritmo de vida no nos va a conducir a nada bueno. Y es este tema el que ha ocupado mi mente últimamente y, de cierta forma, me ha hecho tomar algunas decisiones para estar mejor en todo sentido.

El otro día, en un estado de completo agotamiento, decidí no hacer más que ver la tele. Me topé con una película bastante mala que, sin embargo, me hizo pensar bastante. Se trata de un señor, como muchos de nosotros, que tiene a la familia perfecta, pero se olvida de disfrutarla por concentrarse en crecer profesionalmente para poder darles lo mejor. Los problemas empiezan cuando le regalan un control, literalmente universal, con el que puede acomodar todo a su favor, saltarse los momentos que le quitan tiempo, evitar las enfermedades y llegar, pronto, a su sueño profesional de grandeza. Al final, obviamente, las cosas terminan mal, muy mal. Afortunadamente (para el señor, que no para la película, pues hace que sea aún peor), todo era un sueño y al final puede aprender la lección y valorar las cosas simples de la vida.

Creo que todos, de cierta forma, nos podríamos ver reflejados en ese individuo. Todos queremos triunfar en la vida, crecer profesionalmente, vivir bien, tener dinero, viajar, comprar, ser importantes y llegar al éxito. Ello me recuerda alguna frase que escuché en algún lado que decía algo así como que el éxito no está en la cima de la montaña, sino en el camino que se recorre para llegar a ella. Y, no obstante, son muchas las veces que olvidamos disfrutar los procesos por sólo enfocarnos en conseguir el resultado deseado. Así, dejamos de lado las pequeñas cosas de la vida que verdaderamente valen la pena en nuestro afán de grandeza, logros y satisfacciones.

Así las cosas, en estos días en que me he sentido bastante bien, he comenzado a fijarme en esos pequeños detalles. Ejemplo: en vez de mirar el reloj cada dos segundo mientras estoy en el tráfico, pensando que jamás llegaré a mi destino, he decidido sonreír mientras observo cómo el perro que se asoma en la ventana del auto de junto disfruta del viento en su cara y cierra los ojitos con una mueca en el hocico que, podría jurar, figura una carcajada. El perro no lo sabe, pero ha logrado mejorar mi día, relajarme y hasta que disfrute el horrendo embotellamiento. Y, aunque sea difícil de creer, el sentimiento de bienestar es inmediato cuando tomamos esta actitud frente a la vida y las adversidades. Finalmente, siempre habrá obstáculos en el camino, constantemente nos toparemos con personas que se esmeren en amargarnos el día e, invariablemente, surgirán situaciones fuera de nuestro control que nos hagan sentir mal; lo que importa es la forma en que nos enfrentemos a ellas y logremos superarlas sin desgastarnos física y mentalmente cuando, tal vez, una sonrisa podría ser la solución.

Todo está en la actitud, por lo que últimamente sólo repito en mi cabeza una canción italiana que aprendí el verano pasado: “andiamo, la vita è bella… la vita è una awentura”. Todo se puede disfrutar, de todo se puede aprender, de todo podemos reír y, lo mejor de todo, podemos compartir este sentimiento de bienestar con todo el mundo.

1 comentario:

  1. La película es CLICK con Adam Sandler.

    Creo que tienes mucha razon, prima, en eso de gozar las cosas. Eso es algo que me encanta de la Cineteca; salimos a fumar al jardín y hay hasta canarios silvestres. La mayoría de nosotros hemos plantedo desde un rosal, un clavel, un aguacate o un naranjo. Gozo las películas, gozo la naturaleza (lo que se puede en esta ciudad) y gozo todo mi tiwmpo de trabajo.

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